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Ramos de novia. Cómo llevarlos

“Cuenta la leyenda que las primeras novias llevaban ramos de hierbas aromáticas –¡incluso ajo!– para ahuyentar a los malos espíritus.” Esta antigua creencia nos muestra que el ramo de novia ha sido mucho más que un adorno desde tiempos remotos. Hoy, aunque tu ramo será ante todo un complemento estético y personal, saber cómo portarlo correctamente realzará tu porte y respetará tradiciones culturales. A continuación, exploramos la forma adecuada de llevar el ramo en cada momento de tu gran día, los protocolos específicos en España y el fascinante origen de esta costumbre nupcial.

El ramo de novia tiene raíces históricas sorprendentes. En la Antigüedad, por ejemplo, las novias solían llevar manojos de hierbas aromáticas (como tomillo o ajo) con el objetivo de alejar la mala suerte y los malos espíritus. Con el tiempo, aquellas hierbas fueron sustituidas por flores; según algunas teorías, por una cuestión meramente estética y, según otras, para aprovechar su fragancia ante la escasa higiene de épocas pasadas . De hecho, una leyenda popular cuenta que en la Edad Media las novias comenzaron a incorporar flores en el ramo para disimular el olor corporal, ya que era común casarse en mayo o junio tras el primer baño del año.

 

Sea cual fuere la razón original, el ramo floral se consolidó como un elemento imprescindible. El bouquet tal y como lo conocemos hoy surgió en el siglo XIX, durante la época victoriana, con los llamados ramos Biedermeier: arreglos circulares de flores coloridas que se pusieron de moda hacia finales del siglo XIX y principios del XX. Con el tiempo y tras periodos de guerra (cuando muchos novios debieron conformarse con ramos más sencillos), la tradición perduró y evolucionó hasta la amplia variedad de estilos de ramo que existen en la actualidad.

Origen e historia del ramo de novia

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La entrada de la novia es uno de los momentos más fotografiados, y la forma de llevar el ramo influye en la elegancia y comodidad. Según el protocolo tradicional en España, la novia entra del brazo del padrino (usualmente su padre) y lo hace tomada del brazo izquierdo de este. Por ello, debes llevar el ramo en tu mano izquierda al entrar, de manera que la derecha quede enlazada a tu acompañante. Sostén el ramo a la altura de la cintura o cadera, con el brazo relajado y ligeramente flexionado. Es importante no alzarlo demasiado ni dejarlo caer en exceso, manteniendo las flores orientadas hacia adelante para lucirlas (y ocultar los tallos). Una postura natural, sin rigidez, hará que te veas cómoda y que el ramo luzca en todo su esplendor.

 

Ahora bien, no todos los ramos se llevan igual. La forma de sujetarlo puede variar según el tipo de ramo que hayas escogido. A continuación, te presentamos una guía para portar correctamente los estilos más habituales:

Aquí tienes el contenido sin enlaces y listo para copiar fácilmente:

 

Bouquet redondo (clásico, compacto)

Llévalo con una mano (izquierda al entrar) a la altura de la cadera. Agarra firme el tallo lo más cerca posible de las florespara tener control, manteniendo las flores de frente. Evita inclinarlo demasiado hacia abajo, para no descompensar el diseño y conservar una postura armónica.

 

Cascada (ramo en caída)

Sujeta el ramo con ambas manos, centrado frente a tu abdomen, de modo que caiga sobre tu falda. Es un ramo voluminoso y algo pesado; llévalo siempre bien centrado tanto al caminar hacia el altar como en las fotos. Procura que tus manos queden discretamente detrás de las flores, para que el protagonismo sea del propio cascado.

 

Silvestre o rústico (flores desestructuradas)

Estos ramos de apariencia más natural se llevan de forma relajada. Sostenlo con una mano, a la altura de la cintura. Deja que adopte una ligera inclinación hacia el frente, mostrando la variedad de flores, pero sin elevarlo demasiado. La idea es lucir su aspecto “recién cogido del campo” con comodidad.

 

Tallo largo (ramo de brazo o tipo vara)

Por su longitud, puedes apoyarlo sobre el antebrazo, casi como si llevaras un bebé, para que no incomode y luzca elegante. Otra opción es cargarlo con el brazo extendido hacia abajo, dejando que los tallos largos apunten ligeramente hacia el suelo, acentuando la caída natural del diseño. En ambos casos, mantenlo al costado de tu cuerpo de forma desenfadada y sofisticada.

 

Asimétrico (formas irregulares)

Coloca la mano de agarre cerca de donde las flores se atan, buscando el equilibrio del arreglo. Lo ideal es orientar el ramo de modo que su lado más voluminoso o alargado quede hacia el frente, exhibiendo su forma única. Llévalo a la altura de la cadera o un poco más arriba (según tamaño), y comprueba con tu florista cuál es el ángulo más favorecedor para que el ramo luzca en tus fotografías.

Consejo: Durante la salida de la ceremonia, aplica las mismas normas que en la entrada. Tradicionalmente, la novia sale del brazo de su ya esposo —él suele ofrecerte su brazo derecho—, por lo que es posible que necesites cambiar el ramo de mano, pasándolo a la derecha para mantener una postura equilibrada.
Lo más importante es que te sientas cómoda y que el ramo no dificulte vuestros pasos. Y un apunte esencial: no utilices el ramo como escudo para protegerte del arroz, pétalos o confeti. Es preferible que no te lancen nada a tener que esconderte detrás de él.

Entrando en la ceremonia: ¿en qué mano y cómo llevar el ramo?

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Una vez hayas entrado luciendo tu ramo, ¿qué hacer con él durante la ceremonia en sí? Lo último que quieres es estar pendiente del ramo mientras intercambias anillos o votos. La etiqueta tradicional indica que la novia no debe sostener el ramo durante la ceremonia, ya sea religiosa o civil. Lo más práctico es dejar el ramo a un lado:

 

  • En una ceremonia religiosa, suelen colocarse reclinatorios o bancos frente a los novios. Puedes depositar allí tu ramo, a tu lado, y olvidarte de él mientras dure el rito. Tendrás las manos libres para los anillos, las arras u otros elementos del ritual. Colócalo paralelo a vosotros (los novios) para que forme parte elegante de la decoración.

  • En una ceremonia civil, puedes dejar el ramo sobre la mesa o atril donde se firman los documentos. Así, el ramo adorna el espacio mientras atiendes a las lecturas y firmas.

 

 

En cualquiera de los casos, asegúrate de que el ramo quede seguro (que no pueda caerse) y accesible para recogerlo al final. Al concluir la ceremonia, retoma tu ramo para una salida épica.

El ramo durante la ceremonia

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Una vez finalizada la ceremonia, el ramo sigue formando parte de momentos especiales: al salir, al entrar al banquete o en alguna fotografía significativa. Pero durante el cóctel, la comida y el baile, lo más cómodo es dejarlo en un lugar seguro —preferiblemente en un jarrón con agua cerca de la mesa nupcial— para que puedas moverte con libertad y disfrutar sin preocupaciones.

 

Al terminar el día, puedes decidir conservarlo como recuerdo o regalarlo a alguien especial. Tal vez a una amiga cercana, o como parte del tradicional lanzamiento entre las invitadas. Incluso, puedes preparar un ramo secundario solo para ese instante.

 

Lo importante es que elijas la opción que mejor represente lo que deseas transmitir con él.

Después de la ceremonia: cuándo llevar el ramo, cuándo dejarlo y qué hacer con él

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